QRishing
Los códigos QR están por todas partes, pero algunos pueden ser manipulados para engañarnos. La palabra QRishing surge de la combinación de códigos QR (”quick response” o respuesta rápida) y phishing (conocida modalidad de fraude digital).
Es una técnica usada por ciberdelincuentes para manipulan códigos QR y engañar a las víctimas. Al escanearlos, redirigen a sitios falsos que parecen legítimos con el objetivo de robar información sensible o inducir a la instalación de malware.
Los atacantes aprovechan estos códigos para:
- Crear QRs que parecen legítimos, pero redirigen a sitios fraudulentos.
- Alterar los legítimos (por ejemplo, con stickers o cambios en los enlaces), ocultando su verdadero propósito.
¿Qué pasa cuando entrás en un sitio falso?
- Pueden pedirte datos personales o bancarios para robarlos.
- Puede descargarse un malware que, al instalarlo, comprometa el dispositivo.
Paso a paso del QRishing
- Creación: los atacantes crean o alteran un QR para que parezca legítimo.
- Distribución: lo colocan en lugares estratégicos o lo envían por medios digitales.
- Engaño: atraen víctimas con promociones falsas, facturas engañosas y otras técnicas de ingeniería social.
- Robo de datos: al escanear el QR e ingresar información en un sitio falso, los atacantes pueden capturarla.
- Explotación: usan esa información para fraudes financieros, robo de identidad o venderla en la dark web.
¿Escanear un QR falso instala un malware?
- El riesgo principal no está en el escaneo, sino en lo que el usuario haga después, como ejecutar un archivo peligroso o aceptar permisos.
¿Cómo evitar el QRishing?
- Revisar siempre el enlace antes de interactuar con un QR.
- Evitar escanear usando apps de terceros no verificadas.
- Configurar la cámara y apps para evitar que los enlaces se abran automáticamente.
- Verificar que el QR no provenga de fuentes desconocidas ni esté manipulado.
- Prestar atención al contexto y a los detalles.
- Desconfiar de enlaces acortados.
- Mantener el software del dispositivo actualizado.
Recordemos: los códigos QR son prácticos, pero pueden ser alterados fácilmente. Además, los falsos pueden parecer idénticos a los legítimos, lo que dificulta su detección a simple vista. Por eso, la clave está en verificar el enlace antes de interactuar.