Homenaje a José Ignacio Rucci
Autoridades legislativas descubrieron una placa recordatoria en la vereda de Avellaneda Nº 2953, lugar del barrio de Flores donde siendo secretario general de la CGT fue asesinado hace 40 años. El Diputado Cristian Ritondo, encabezó este miércoles 25 de septiembre, el acto de descubrimiento de una placa por el 40° aniversario del asesinato de quien fuera líder de la Confederación General del Trabajo -CGT, José Ignacio Rucci.
La placa colocada en la calle Avellaneda Nº 2.953, lugar donde se llevó a cabo la balacera que terminó con la vida del sindicalista, contiene la frase: "Aquí fue asesinado José Ignacio Rucci, Secretario General de la CGT, el 25 de septiembre de 1973. Homenaje de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al cumplirse el 40° aniversario de su muerte. 25/09/2013".
"José había logrado sintetizar bajo su liderazgo sindical las vertientes argentinistas que encontraban su cauce en la figura de Perón. Y el sueño de la Argentina grande, justa y soberana era posible con un brazo sindical representado por Rucci y un brazo político representado por Perón. Entre ambos abrazaban la causa de los trabajadores apoyada por el 63 por ciento de la sociedad, en elecciones libres", expresó Ritondo tras comunicar la adhesión del dirigente Hugo Moyano, actual titular de la CGT Azopardo.
"Cuando decimos que Rucci murió por argentino y peronista -agregó- estamos diciendo precisamente eso: que para ser peronista hay que ser un buen argentino, amar el patrimonio cultural heredado y transmitirlo a las presentes generaciones. Este es el legado de Rucci. Una asignatura pendiente".
Por último, el Vicepresidente Primero del parlamento proteño expresó que de Rucci queda su ejemplo de lucidez, de coraje, de lealtad: "Lucidez para ponerse a la altura de las circunstancias. Coraje para expresar los intereses vitales de la nacionalidad. Lealtad para caminar junto al pueblo por la ancha avenida de lo nacional y lo popular".
Además, asistieron el Diputado del Pro y candidato a renovar su banca el próximo 27 de octubre, Roberto Quattromano; la hija del homenajeado y Diputada nacional por Unión Pro, Claudia Rucci; los presidentes de la Comuna 7, Guillermo Peña y de la Comuna 11, Carlos Guzzini; autoridades de la Legislatura entre ellas el Secretario Parlamentario, Carlos Pérez y el Secretario Administrativo, Marcelo Sosa; invitados y vecinos del barrio de Flores.
Una vida comprometida truncada por un asesinato impune
José Ignacio Rucci nació en el año 1924 en Santa Fe. De orígenes muy humildes, viajó a la Capital Federal sin dinero y, luego de algunos empleos, comenzó a trabajar en la "Ballester-Molina" -una fábrica nacional que producía armas- donde se inició en su oficio de metalúrgico, época en que conoce a Hilario Salvo, dirigente de peso de la recientemente creada Unión Obrera Metalúrgica -UOM.
Cuando se produjo el golpe cívico-militar que en setiembre del año 1955 derrocó al Presidente Juan Domingo Perón, Rucci era el conductor de un grupo importante de la Compañía Argentina de Talleres Industriales y Anexos; se sumó a la Resistencia Peronista y su personalidad comenzó a cobrar relevancia.
A comienzos de 1960, llegó a desempeñar la secretaría de Prensa de la UOM pero renunció a ese cargo por encontrarse en contraposición con la línea política que quería imponer Augusto Timoteo Vandor, quien por entonces era el secretario general de la organización. Luego fue electo como titular de la CGT con un claro objetivo: "nada sin Perón", y se destacó como uno de los promotores más importantes del regreso al país del líder político exiliado en España.
Trabajó activamente para que se firmara entre la CGT, la CGE y el Ministerio de Economía el acta de compromiso nacional conocido como "Pacto Social" y llegó a afirmar: "Yo sé que con esto estoy firmando mi sentencia de muerte, pero como la Patria está por encima de los intereses personales, lo firmo igual".
Dos días más tarde de que en las elecciones nacionales triunfara la fórmula Perón-Perón, Rucci pasó la noche del 24 de septiembre de 1973 en una vivienda de la calle Avellaneda Nº 2953 y al mediodía del martes 25 cuando cruzaba la calle recibió una impresionante balacera proveniente de casas vecinas, por lo que murió en el acto. A cuarenta años los responsables en ningún momento reconocieron de manera pública el asesinato del líder sindical e incluso coexisten diferentes hipótesis sobre la autoría. El propio Perón afirmó en el velorio: "Me mataron un hijo", "estos balazos fueron para mí, me cortaron las patas".